En vez de diseñar una verdadera carrera profesional donde se incentive a los empleados públicos y se premie a aquellos que más esfuerzo demuestra, de forma objetiva y tasada, no tienen otra ocurrencia que proponer el establecimiento de un examen anual para todos los funcionarios.

Para más inri dicho examen no se haría a los cargos de confianza nombrados a dedo, quizás los que más lo "necesitan".

Al final tendremos que dar las gracias a nuestros políticos por trabajar.

ACCEDE A LA NOTICIA.

Enviar a FacebookEnviar a Twitter

Este sitio web utiliza cookies y puede saber más sobre que son haciendo click en MÁS INFORMACIÓN.

  Aceptar las cookies del sitio.
Más Información