Hoy domingo nos hemos levantado con una noticia algo sorprendente.
Al parecer, la falta de Secretarios Judiciales impide realizar 4 entradas y registros simultáneos.
Alguien debería contrastar la información para ver si corresponde a la realidad de lo ocurrido y si así fuera averiguar qué es lo que ha ocurrido.
No puede ser que en la mayoría de localidades de España se hagan entradas y registros simultáneas con un menor número de Juzgados y por tanto de Secretarios disponibles y en Madrid capital con 5 Juzgados de Guardia de 24 horas no sean capaces de realizar de forma coordinada esas entradas y registros.

La falta de medios judiciales deja escapar un botín millonario
La operación «Tutú II» prometía. Desde agosto, el Grupo Ide Países del Este de la UDEV Central, con la colaboración del Grupo XXIV de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, andaba detrás de una organización criminal rumana que estaba reventando comercios de la Comunidad de Madrid, sobre todo joyerías. Sus golpes no eran cualquier cosa; los había en los que se apoderaban de 200.000 euros de una tacada, después de hacer tres butrones para llegar a un negocio. El «Día D», el de las detenciones, llegó a finales de octubre, bajo la supervisión del juez instructor número 52 de Madrid.
Pero la esperanza de recuperar el suculento botín cayó en saco roto: no había suficientes secretarios judiciales para cuatro entradas y registros simultáneos, que es como se hacen estas operaciones. A los ladrones, que fueron apresados, les dio tiempo a «darse el agua» y esconder las joyas.
El dispositivo policial arrancó en verano, tras el arresto de cuatro rumanos tras una persecución por la A-1. Se dedicaba, sobre todo, a «pegarle» a perfumerías.
A raíz de esa operación, los investigadores tuvieron conocimiento de otro clan, más extenso, con el que los primeros tenían relación. Se trataba de 18 rumanos de la zona de Bârland. Los seguimientos y vigilancias a esta organización determinaron que se dividía en tres células independientes a la hora de robar, pero que realmente pertenecían a un mismo tronco:compartían herramientas, conocimientos, trasteros y se distribuían los botines.
El «modus operandi» consistía en utilizar los días laborables para la captación e inspección de los locales que iban a asaltar;los robos los realizaban los fines de semana y festivos, mediante butrones. Sobre todo lo hacían en joyerías, donde reventaban las cajas fuertes con lanzas térmicas.
Al final, se registraron cuatro pisos y tres trasteros. Pero como no se pudieron inspeccionar a la vez, unos se dieron el aviso a otro, e hicieron desaparecer la mercancía. Tanto fue así, que los efectivos de la Policía Nacional encontraron a dos de los sospechosos escondidos en uno de los trasteros cuando irrumpieron supuestamente de improviso.
Los detenidos están acusados de 24 robos con fuerza, trece de ellos en joyerías;el resto (11), cometidos en estancos, tiendas de telefonía...
Pese a la gravedad de los delitos y a la voracidad de la banda, sólo dos de ellos han ingresado en prisión preventiva, a la espera de juicio, precisaron a ABC fuentes de la investigación.