A continuación incluimos una parte de entrevista, la que nos afecta diréctamente, del Decano de los Abogados de Valladolid.
Creemos que son declaraciones totalmente desafortunadas, que o bien son desconocedores de nuestro ámbito laboral o bien están hechas con muy mala intención.
Habrá que aclarar a este señor que nuestro horario es flexible y no tenemos que estar a las 8.00 horas, algo que si hiciéramos y marcháramos cuando cumplimos la jornada provocaría muchas suspensiones de señalamientos.
Hay que decirle a este señor que los funcionarios de justicia no estamos dispuestos a hacerles "el trabajo" a los Jueces y que deberían ellos ser garantes de la exigencia del principio de inmediación judicial, algo que nunca reclaman.
Hay que recordarle que todos los que trabajamos en la administración de Justicia en tanto que funcionarios públicos conocemos nuestras obligaciones y las del resto y sabemos que muchos abogados dilatan las procedimientos de forma innecesario pero no por eso les culpabilizamos a todos del retraso de la Justicia.
No queremos continuar, creemos que lo que debe hacer es preocuparse de hacer que las cosas funcionen pero no a costa de cuestionar el trabajo de los empleados públicos, algo muy sencillo por cierto.
Desde Justicia y Progreso esperamos que muchos compañeros de Valladolid conozca la opinión que de ellos tiene.
EL ARTICULO EN CUESTIÓN:
«La gran reforma sería que en los juzgados se trabajara ocho horas diarias»
Jesús Verdugo: Decano del Colegio de Abogados de Valladolid y candidato a la reelección
El ministro Gallardón dice que los jueces son como los diputados, que no tienen derecho a ir a la huelga. ¿Usted qué opina?
Parece que las asociaciones de jueces y fiscales se han aliado para hacer un frente contra la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial y contra otro tipo de reformas que ha anunciado el señor Gallardón. Y me da la impresión que sí hay cierta seriedad en la amenaza.
Pero, ¿cree que una huelga afectaría a la imagen de la Justicia?
Sin duda, una huelga deterioraría la imagen de los jueces, pero esa no es la cuestión. Lo voy a decir por primera vez, porque nadie pone el dedo en la llaga, aunque abra la caja de los truenos: podrán acometer las reformas que quieran, pero es urgentísimo hacer ocho horas todos los días. Lo hacen muchas personas a rajatabla en la empresa privada, y eso no se produce en la Administración de Justicia, donde no pasan de las seis horas diarias. Puede parecer una ‘butade’, pero en los juzgados de Valladolid no hay nadie a las ocho de la mañana. Lo mismo, si las hacen, los jueces no tendrían que trabajar por la tarde. Esa sería la gran reforma de la Justicia: que el funcionario se acostumbre a hacer lo que hacen los demás; si son 35 horas, pues 35. El mal endémico de la Administración de Justicia es que no se trabaja el tiempo que se tiene que trabajar.